TECNICAS MODIFICACIÓN CONDUCTUAL PARA NIÑOS

conducta

Contamos hoy día con un amplio abanico de técnicas eficaces para instaurar, corregir o modificar conductas en niños y jóvenes.

Son técnicas que aportan soluciones inmediatas y eficaces para controlar o modificar conductas que provocan malestar o desadaptación del niño/a en su entorno próximo.

Pueden ser utilizadas puntualmente por maestros, padres o educadores. Teniendo en cuenta que ante conductas más severas las técnicas deben de ser aplicadas por un psicólogo profesional.

¿Cómo incrementar conductas adecuadas?

Un buen método es a través del refuerzo, convenientemente un refuerzo inmediato después de la conducta que se quiere reforzar (se le ofrece algo bueno tras la conducta deseada).

Los reforzadores no tienen por qué ser siempre materiales. Existen muchos tipos de reforzadores clasificados según distintos aspectos.

Antes de comenzar se debe seleccionar la conducta que se quiere incrementar y elegir un reforzador adecuado teniendo en cuenta las preferencias del niño.

Para incrementar o instaurar conductas se pueden utilizar técnicas cómo:

Moldeamiento: mediante el cual se refuerzan las aproximaciones a una conducta objetivo. Esta técnica es adecuada para adquirir nuevas conductas que se encuentran ausentes en el niño.

Desvanecimiento: se proporcionan ayudas externas para que la persona consiga realizar la conducta deseada. Posteriormente se van retirando esas ayudas.

Encadenamiento: consiste en descomponer una conducta compleja en diversas partes que pueden ser entrenadas por separado y se irán reforzando.

Economía de fichas: utilizada para eliminar conductas inadecuadas y fomentar conductas adecuadas. Consiste en dar un refuerzo (premio) cuando el niño realice una serie de conductas deseadas (o dejar de hacer las no deseadas).

El objetivo es que el niño se dé cuenta de que obtiene mayores beneficios actuando de forma correcta.

Contrato de contingencias: trata de controlar las consecuencias de las conductas, a fin de que no se produzcan refuerzos inadecuados para conductas incorrectas. Consiste en un documento escrito que explica lo que el niño está de acuerdo en realizar y establece también las consecuencias de cumplirlo o de no cumplirlo.

¿Cómo eliminar o reducir ciertas conductas?

Las técnicas más adecuadas para la eliminación o reducción de conductas son:

La extinción: es el método más utilizado para disminuir una conducta. Consiste en eliminar el reforzador que se emite tras la aparición de una conducta previamente reforzada. Es un procedimiento lento.

La extinción puede producir varios efectos no deseados pero que con el paso del tiempo van desapareciendo.

Reforzamiento diferencial: consiste en reforzar la menor aparición de la conducta modificar (realizarla menor tiempo o reducir su frecuencia) o también el refuerzo de cualquier conducta menos la inapropiada que se desea eliminar. Es una técnica que requiere de mucho tiempo.

Castigo positivo: se debe utilizar como último recurso. Consiste en presentar un estímulo aversivo tras realizar la conducta no deseada.

Coste de respuesta: consiste en eliminar algo que le gusta al niño cuando no realiza la conducta adecuada o se porta mal. A diferencia de lo anterior, aquí no se introduce nada desagradable para el niño.

Tiempo fuera: se trata de sacar al niño del contexto en el que se encuentra para que deje de recibir el reforzamiento durante un periodo de tiempo, de manera contingente a la realización de la conducta que se desea reducir o eliminar.

Todas estas técnicas entre otras, son las más eficaces para utilizar con los niños para trabajar la conducta de los niños.

Queramos instaurar o eliminar cualquier conducta, nunca se debe de olvidar negociar con el niño y explicar antes las consecuencias. Los niños deben de saber lo que les pedimos y entender cuáles serán las consecuencias de hacerlo y de no hacerlo, si no lo saben nunca aprenderán por que se da esa consecuencia, lo ideal es que aprendan a asociarlo.

Si queréis ampliar más información sobre cualquier de las técnicas, escribe un comentario y estaré encantada de ampliar información o escribir una entrada en el blog más amplia.

A continuación incluyo una guía para padres que creo resulta muy útil e interesante.

 

Mari Carmen Llorente Martínez

Psicóloga General Sanitaria

EXPLICACIONES QUE DIFICULTAN LA COMPRENSIÓN DE LA MUERTE A LOS NIÑOS

Como deduelo-niñoscía en la entrada anterior, el duelo es una reacción normal ante la pérdida (por muerte o separación física) de un ser querido, que cumple la función adaptativa de ayudar al doliente a aceptar y adaptarse a la pérdida.

Es por ello que en el caso de los niños no debe de evitarse el proceso de duelo, ya que para ellos también cumple la misma función.

En gran número de ocasiones, por no decir la mayoría, las ideas erróneas que tenemos los adultos sobre la muerte son transferidas a los niños. Ya  que nos comportamos de una manera no “demasiado” adecuada. Delante de los niños se suelen evitar algunos temas, se le habla con rodeos… y esto no es nada beneficioso para ellos.

Los niños necesitan una atención especial ante estas circunstancias, ya que tienen una comprensión de muerte y de duelo diferente a la de los adultos. La infancia es una etapa en la que el carácter y recursos personales de los niños se encuentra en desarrollo, y por ello tienen gran dependencia de los adultos para resolver situaciones problema.

¿Cuál es el concepto de muerte según la edad del niño?

Niños hasta 4 años desconocen el concepto de muerte como tal, pero son capaces de apreciar la ausencia de la persona. Viven esta ausencia como un abandono.

Niños de 4 a 6 años presentan un concepto de muerte limitado. No son conscientes de que se trata de algo irreversible.

Niños de los 6 a los 9 años ya comprenden la muerte como algo permanente.

Niños de 10 a 12 años ya tienen un concepto de muerte parecido al de los adultos. Se preocupan por las consecuencias que tiene y plantean preguntas existenciales.

Niños de 12 a 16 años ya comprenden la muerte en su totalidad, como algo permanente, universal e inevitable. Ya tienen el mismo concepto que los adultos.

¿Qué características de los niños afectan al tema de muerte y dduelo-muerte-niñosuelo?

– Los niños son literales y esquemáticos y por ello necesitan que los adultos le digan las cosas claras sin mentir. Si les mentimos diciendo “tu papa está en el cielo” el niño no parara de dar vueltas a cómo ir a verlo allí, creando una imagen errónea de la muerte y no podrá culminar su duelo.

– Si un niño pregunta por algo, está preparado para oír la respuesta. Por ello, si pregunta “¿volverá papá algún día?” debemos dejar claro que nunca lo hará. Si ha preguntado, es porque entiende que la muerte tiene unas consecuencias, aunque aún no sabe cuáles, para que complete su esquema mental necesita saber exactamente lo que va a ocurrir.

– Pueden tener ideas no realistas o mágicas sobre las causas y consecuencias de la muerte. Por ejemplo creer que la muerte es un castigo de Dios.

– Suelen imitara a los adultos, por ello si delante de ellos evitamos llorar, pensarán que llorar es malo y ellos tampoco lo harán.

Hay muertes en las que no se puede ser completamente sincero sobre algunos aspectos (suicidio, violencia…) en ese momento, pero se deberá de hacer más adelante, a medida que se haga mayor a ser posible por un familiar cercano antes de que le llegue por otros medios y le pueda generar desconfianza.

niños-muerte-dueloFrases y actitudes que complican el duelo en los niños son: “Él/ella te ve desde dónde está”, “El abuelo (o personas fallecida) se ha ido”, “Dios se lo ha llevado porque lo necesita más que nosotros”, “Se quedó dormido muy plácidamente”…

Como conclusión, se debe de hacer partícipe a los niños y adolescentes siempre dentro de las posibilidades para comprender la muerte según su edad. Para que se sientan útiles y comprendan las reacciones normales ante un duelo.

Si necesitan ayuda ante un caso de duelo de un niño, no duden en consultar con un psicólogo que os pueda ayudar. Y si estáis interesados en el caso preguntarme por la web de GAE y puedo enviaros una guía gratuita sobre el Duelo Infantil “Explícame que ha pasado”.